9;22 – BCR/ABL

Share

Translocación BCR-ABL, t(9;22)

La translocación t(9;22)(q34;q11.2) fusiona el proto-oncogen ABL, localizado en la región cromosómica 9q34, con la región BCR (breakpoint cluster region), localizado en 22q11.2, dando lugar a la formación del cromosoma Philadelphia (Ph) pudiéndose originar dos proteínas de fusión diferentes, p210 y p190. La primera es producida cuando el punto de ruptura se produce en la posicion major, localizado en el brazo largo del cromosoma 22 o cromosoma Ph (M-bcr). Este gen de fusión, BCR-ABL, produce una tirosina quinasa constitutivamente activa que promueve la supervivencia y la proliferación celular e inhibe la apoptosis. Esta proteína quimérica es sensible a inhibidores de la tirosina-kinasa (imatinib). La segundas proteína es producida cuando el punto de ruptura se produce en la posicion minor, localizado en el cromosoma derivado 9q+, es recíproco al primero y no parece desempeñar ninguna función en la enfermedad. La identificación rápida de esta anomalía cromosómica es de vital importancia para el tratamiento de estas neoplasias. Un pequeño número de casos la t(9;22) no es detectable por citogenética convencional, por lo que el estudio mediante FISH es esencial para identificar el gen fusión.

En LLA el punto de ruptura en BCR puede estar en M-bcr o en la región minor (m-bcr), más centromérica. La translocación cromosómica t(9;22)(q34; q11) también se observa en raros casos de LMA. En LMC el punto de ruptura en BCR se encuentra habitualmente en la región major (M-bcr) y la fusión BCR-ABL ocurre en todos los casos de LMC. Aunque cabe destacar que un 5-10 % de los casos de LMC tienen translocaciones críptica o variantes, difíciles de detectar mediante citogenética convencional. El resto de trastornos mieloproliferativos que no presentan la t(9:22), cromosoma Ph negativos (Ph-), suelen estar relacionados a mutaciones somáticas en diversos genes.

Los pacientes con t(9;22)(q34;q11) se caracterizan por presentar resistencia a quimioterapia y un pronóstico adverso. Diversos estudios indican que el tratamiento con imatinib (Gleevec) revierte este factor pronóstico, mientras que otros estudios sugieren que entre los pacientes tratados con imatinib, el tiempo de progresión de la enfermedad es significativamente más corto.

Referencias

  • Vance GH. (2013) Methods Mol Biol. 999:79-91.
  • Bacher U, et al. (2012) Pathologe. 33(6):528-38.
  • Hernández JM, et al. (2011) Med Clin (Barc). 137(5):221-9.
  • Frame D. (2007) J Manag Care Pharm. 13(8 Suppl A):13-7.
  • Fausel C. (2007) J Manag Care Pharm. 13(8 Suppl A):8-12.